Luego del viaje inaugural de la presidenta Michelle Bachelet el día de ayer y de semanas de retrasó, la nueva línea 6 de Metro entró oficialmente en funcionamiento para todo público a las cuatro de la tarde.
Con una inversión de casi US$ 2.800 millones, la nueva expansión de la red del tren subterráneo supone la gran obra de infraestructura que se inaugura durante la administración de la mandataria, y que beneficia a más de un millón de habitantes de las comunas de San Miguel, San Joaquín Ñuñoa, Santiago, Providencia, y de las debutantes Cerrillos y Pedro Aguirre Cerda.
Entre sus mayores virtudes, el tramo aliviará al sistema de transporte en su conjunto en varios puntos críticos de la capital, pero a la vez, se teme podría resentir algunos otros por el considerable aumento en el flujo de pasajeros que experimentarán varias estaciones, entre ellas, Los Leones en Providencia, ahora lugar de combinación con Línea 1.
Ante esa preocupación, incluso manifestada por la alcaldesa de esa comuna, Evelyn Matthei, el experto Louis de Grange descarta de plano escenarios de impacto que involucren situaciones de colapso en la infraestructura por atochamiento de gente.
¿La razón?. Si bien la Línea 6 nueva finaliza su trayecto de poniente a oriente en los Leones, esa estación de Metro va a ver duplicada su oferta. ¿Por qué?. Porque ésta la estación Los Leones de la Línea 1, pero va a haber una nueva estación, con más infraestructura, correspondiente a la Línea 6. Por lo tanto, va a haber un doble de espacio, un doble de oferta para que los usuarios puedan terminar su viaje. Además, como la Línea 6 va a reducir la carga de la Línea 1, la Línea 1 va a ir más vacía y cuando llegue a Los Leones también va a estar más vacía. Por lo tanto, eso va a reducir la complejidad.
Puede ser que en total la cantidad de pasajeros aumente en la estación Los Leones debido al efecto de estas dos líneas, pero yo creo que sumando y restando los beneficios que genera la nueva Línea 6, incluyendo una eventual congestión adicional en la estación Los Leones, son infinitamente superiores a no tenerla.
Y en caso de presentarse episodios de mayor concurrencia de usuarios a la habitual, el ingeniero recomienda se tomen medidas como el control de acceso a la estación en ciertos horarios, estrategia que asegura funciona comúnmente en varios sistemas de metro en el mundo.
De todas maneras añade, al focalizarse el aumento de la demanda a los periodos punta, durante gran parte del día y los fines de semana el servicio debiera funcionar con absoluta normalidad. Por último, en la eventualidad de una situación de colapso, el académico destaca que otro de los aspectos positivos que aporta la Línea 6 es su mayor efecto de red. Eso quiere decir que de ocurrir un incidente en el servicio de la Línea 1, las personas del sector sur, sur poniente, oriente, o del centro de Santiago tendrán la opción de tomar el nuevo tramo para trasladarse hacia el oriente, o en sentido inverso.
No obstante, de Grange deja instalada la duda para los años venideros de una problemática similar en otra estación, con miras a la próxima inauguración en carpeta de Metro en 2019, la futura Línea 3. Yo creo que cuando entre en operación la Línea 3, que viene desde el norte, Independencia, pasa por el centro, San Diego, Avenida Matta, después sigue al oriente Irarrázabal, y empalma en Universidad de Chile, ahí puede generar también algún riesgo de sobreuso o hacinamiento y se requiera algún control de demanda adicional.
Con todas esas proyecciones, sólo queda ver cómo los capitalinos se adaptan estos primeros días a la nueva línea del sistema de transporte que pretende para el año 2025 cubrir 31 comunas del Gran Santiago.
