Bancos de Estados Unidos reducen sus beneficios en el primer semestre de 2022

Bancos de Estados Unidos reducen sus beneficios en el primer semestre de 2022

La situación actual mantiene expectantes y temerosos a los inversores de que el banco central se vea presionado a llevar la economía a una recesión como medida desesperada para frenar el aumento de los precios.

En comparación con los registros del año pasado, los principales bancos estadounidenses, tal es como JP Morgan Chase, Bank of America, Wells Fargo, Citigroup, Goldman Sachs y Morgan Stanley, informaron que disminuyeron sus beneficios en el primer semestre del año.

En detalle, el banco más grande del país americano, JP Morgan Chase, anunció que durante la primera mitad de este 2022 obtuvo un beneficio de 16.931 millones de dólares, equivalente a un 35,49% menos que el mismo período del año pasado. Por su parte, la segunda entidad bancaria más importante, Bank Of America, informó el lunes que ganó 13.314 millones de dólares, es decir, un 22,92% por debajo respecto al año pasado.

Morgan Stanley registró una disminución del 19,26% de sus beneficios. Seguidamente, Wells Fargo tuvo ganancias netas de 6.790 millones de dólares, una baja de 36,39% en comparación a las ganancias del primer semestre del 2021.

Citigroup informó sobre su beneficio neto de 8.853 millones de dólares en este período del 2022, lo que significa un 37% menos que el año pasado. Mientras tanto, Goldman presentó beneficios de 6.866 millones de dólares, 44,27% menos.

En cuanto a los bancos JP Morgan y Wells Fargo, mostraron bajas puesto que decidieron reservar más fondos para pérdidas crediticias.

Jamie Dimon, presidente ejecutivo de JP Morgan, resaltó la obligación de crear reservas de capital y destacó su inquietud por la situación en Ucrania, el alza de la inflación y los incrementos de las tasas de interés de la Fed como amenazas para el crecimiento económico global.

“Una convergencia de factores sin precedentes podría generar un impacto severo en la economía”, advirtió Dimon.

Durante los últimos meses, la Reserva Federal ha aumentado constantemente las tasas de interés con el fin de controlar la inflación más alta en cuatro décadas. Ante esta situación, el temor de los inversores crece cada vez más, al pensar en la posibilidad de que el banco central se vea presionado a llevar a la economía a una recesión para detener el desmedido aumento de los precios.

De acuerdo a los analistas, aunque los consumidores dicen estar preocupados, eso no impide que continúen gastando. Esto se debe a que están respaldados por un fuerte mercado laboral, el aumento de los salarios y los efectos duraderos de los paquetes de estímulo monetario que se otorgó a negocios y ciudadanos estadounidenses en medio de la pandemia.

Si a toda esta situación también se le agregan los impactos globales causados por el conflicto entre Rusia y Ucrania, se genera un -dicho por Dimon- “huracán económico” que aún no ha tocado tierra.